Una vecina jubilada de Campo Afuera se vio sorprendida al recibir una boleta de energía eléctrica por la suma de $480.000, un monto completamente desproporcionado teniendo en cuenta que en el mes anterior había abonado $36.000. El aumento, que representa más de 1200%, resulta impagable para la mujer, cuyo único ingreso es su jubilación.
La señora vive junto a su hija y asegura que no hubo cambios significativos en el consumo como para justificar semejante incremento. Este caso, lejos de ser aislado, se repite en numerosos hogares del departamento, donde muchos vecinos se enfrentan a boletas con cifras inalcanzables, superando ampliamente sus posibilidades económicas.
Desde la comunidad se exige a la empresa prestadora del servicio que revise y mejore los mecanismos de control y facturación, ya que errores de esta magnitud afectan directamente a los sectores más vulnerables. En medio de un contexto económico difícil, este tipo de situaciones generan angustia e indignación.
El caso de esta jubilada es uno de muchos que muestran la urgente necesidad de una revisión integral del sistema de medición y cobro del servicio eléctrico