El recuerdo de Lucía Rubiño, la joven que perdió la vida en un trágico siniestro vial, sigue más vivo que nunca en la voz y el corazón de su madre, Belén Montilla. A través de una carta abierta cargada de dolor, amor y reclamo, la mujer decidió expresar públicamente su sufrimiento y exigir justicia por la muerte de su hija.
En el emotivo texto, Montilla reflexiona sobre la fugacidad del tiempo y cómo un solo segundo fue suficiente para cambiarlo todo. Ese instante breve, que puede contener un “te amo”, una sonrisa o un beso, también puede convertirse —como en el caso de Lucía— en una despedida inesperada y desgarradora.
«Un segundo puede salvarte o destruirte», escribe la madre, al tiempo que expone la impotencia de pensar en lo que podría haber pasado si algo, lo que fuera, se hubiera demorado apenas un poco más: una llamada, una distracción, una pausa en el camino.
La carta también hace foco en la responsabilidad de quienes conducían los vehículos involucrados en el hecho. Montilla se pregunta qué podría haber pasado si tan solo uno de ellos hubiera actuado con más prudencia. «Un freno, una voz de alerta, un simple gesto podría haberlo cambiado todo», señala con crudeza.
El escrito concluye con un mensaje que resume el calvario diario que enfrenta la familia: ese mismo segundo que le arrebató la vida a Lucía es el que, desde entonces, consume lentamente a su madre. Con esta carta, la familia busca que el caso no quede en el olvido y que la Justicia avance con celeridad para dar respuestas.
Lucía Rubiño ya no está, pero su voz —a través del testimonio de su madre— sigue pidiendo justicia.