
En el marco del Día Nacional de la Donación de Órganos, la historia de Jimena Otarola se convierte en un testimonio de esperanza, lucha y segundas oportunidades. La joven albardonera atravesó un complejo proceso de salud, que incluyó quimioterapias y tratamientos intensivos, tras ser diagnosticada con una enfermedad que puso en riesgo su vida.
Durante meses, Jimena luchó con entereza. Su familia, vecinos y allegados acompañaron cada paso de su tratamiento. Pero fue un trasplante lo que le permitió volver a empezar. Gracias a la donación de órganos, su vida cambió por completo.
Hace apenas una semana, regresó a su hogar en Villa Evita, donde fue recibida con enorme emoción y cariño por su familia y toda la comunidad. Entre abrazos, lágrimas y gestos de amor, Jimena representa hoy un símbolo de fortaleza y fe.
Su historia no solo conmueve: también visibiliza la importancia de la donación de órganos como un acto solidario que puede salvar vidas. En este día especial, su testimonio nos invita a reflexionar y a tomar conciencia sobre la necesidad de ser donantes.