
Un acto de sensibilidad y humanidad conmovió a vecinos y pasajeros de la línea 4, cuando el chofer del interno 83, de apellido Sánchez, detuvo su unidad para asistir a un perro que había sido atropellado.
El hecho ocurrió ayer, cuando el chofer a metros de la Universidad observó que un perro yacía inmóvil en la calzada, aparentemente con lesiones en la zona de las caderas, no dudó en detener la marcha del colectivo, bajarse y asistir al animal.
Sánchez no solo se aseguró de retirar al perro del camino para evitar que fuera atropellado nuevamente, sino que también lo colocó con cuidado sobre la vereda, intentó calmarlo y verificó que estuviera fuera de peligro. Una vez que el animal se encontraba a salvo, el chofer regresó a su puesto y continuó su recorrido.
El gesto no pasó desapercibido. Pasajeros que presenciaron la escena lo destacaron en redes sociales, y vecinos del lugar también se sumaron al reconocimiento. Hoy, quienes suben al interno 83 de la línea 4 no solo ven a un trabajador comprometido con su tarea, sino a una persona que actúa con empatía y respeto por la vida.
“Acciones como éstas nos devuelven la esperanza en la humanidad”, expresó una pasajera que compartió el momento. La comunidad ya reconoce a Sánchez no sólo como un chofer, sino como un ejemplo.